Planificación puede ser uno de los fundamentos del email marketing, pero una cosa que es preciso tener siempre en mente cuando hablamos de planificación es que eso no significa algo estático, fijo. Una buena planificación es flexible hasta el punto de conseguir adaptarse a los imprevistos y adversidades que surjan por el camino. En otras palabras, debemos pensar trazar un carril hacia la estrategia de email marketing y no un sendero.

Un carril como los del tren es algo trazado, predefinido, y con un objetivo final establecido. Pero no hay margen de maniobra. Si algo está mal es imposible adaptar el recorrido de forma fácil y dinámica.

Un sendero es un plan también predefinido, pero susceptible de cualquier cambio que pueda acontecer durante el recorrido. Obstáculos y desvíos pueden ser fácilmente superados en un sendero, al contrario del raíl.

Sí, es importante establecer metas y tener una planificación bien fundada, pero también es importante saber adaptarse a las nuevas realidades que puedan surgir. Cogiendo un ejemplo actual, de nada adelanta una agencia de turismo seguir la planificación establecida en el inicio del año y comenzar a enviar campañas promocionales de viajes para cruceros en Italia, después del desastre de Costa Concordia.

Además de la llamada al fracaso, esa campaña sería posiblemente considerada de mal gusto. En ese caso, y en varios otros, es preciso adaptar la planificación y pensar en nuevas estrategias que se adecuen a cada situación.