¿No le ha pasado lo de ir a su buzón postal y encontrarla llena de folletos, flyers y revistas de publiciad? A veces el buzón está tan lleno que las cartas importantes se pierden entre tanta publicidad. Cuando pasa eso hay que preguntarse por las empresas insisten en la edad de piedra del marketing.

El correo tradicional es perfecto para algunas cosas (cartas normales, encomiendas, por ejemplo) pero para el marketing vía Correo Postal no es una de ellas. Es increíble pensar que grandes sumas de dinero se siguen gastando todos los días para producir miles de páginas de material impreso que llenan los buzones y cubos de basura, en plena era digital.

Hay empresas que han decidido salir de la edad de piedra e invertir en políticas sin papel, pero aún están aquellas que se apegan a lo familiar y conocido. La desconfianza con las nuevas tecnologías es normal y comprensible, pero es necesario argumentar que ya estamos mucho más allá de ese punto. El email marketing no es algo nuevo, o sea no está dentro de la categoría de “última moda”. La práctica del email marketing como conocemos ya existe hace años y su eficacia es comprobada y documentada.

El email marketing, además de ser ecológicamente conciente, es una inversión de dinero con altas tasas de retorno, ya que realmente puede medir sus resultados con datos concretos. La inversión en marketing directo es básicamente Fe, en cambio en email marketing tienen reportes de todo tipo de interacción con los destinatarios con una campaña en particular. Siendo así, es necesario preguntar: ¿Por qué una empresa elije vivir en la edad de piedra cuando la era digital es mucho más gratificante?