Los siete pecados capitales del Email Marketing

Publicado el 03 de abril de 2013

La elección del nuevo Papa hermano dio mucho que hablar, hasta para los no católicos. La repercusión del nuevo pontífice ha sido el asunto de la pauta tanto en redes sociales como en los informativos. Inspirados por todo ese clima religioso, en el post de hoy confiere nuestra versión de los siete pecados capitales del e-mail marketing. Vea lo que definitivamente no hay que hacer.


Ira: realmente no es un sentimiento que desea inspirar a su contacto. Si ya llegó a ese punto, la mejor cosa es disculparse. Mejor intentar llamar a ese contacto en otro momento que quedarse intentando y probando la paciencia del mismo.


Gula: nada que es demasiado es saludable, ese es el espíritu de este pecado capital. Puede tener una buena relación con un contacto o con un grupo de contactos, pero es bueno tener siempre cuidado para mantener esa relación equilibrada. Si la fuerza, además hay un gran riesgo de acabar perdiendo los contactos más fieles.


Lujuria: es el deseo pasional y egoísta por todo el placer sensual y material. Eso, en e-mail marketing, puede ser traducido por el deseo egoísta de no querer echar mano de un contacto. Ese apego por el contacto no es saludable para su estrategia de e-mail marketing, que debe siempre preocuparse más por los contactos con quienes mantiene una relación constante.


Envidia: no es preciso especificar mucho este pecado. Es importante resaltar, sin embargo, que cada estrategia de e-mail marketing está dirigida a un público en particular. Por lo tanto, de nada sirve querer emular la estrategia del concurrente sin pensar mucho acerca de sus propias especificidades.


Avaricia: el apego excesivo a los bienes materiales no es bien recompensado en el e-mail marketing. En el e-mail marketing es preciso invertir para recibir retornos. Esa lógica es tan constante que hasta tenemos una sigla para esto: ROI (Retorno sobre inversión), que permite que evalúe cuánto su inversión está dando resultados directos.


Pereza: sin esfuerzo y dedicación no hay e-mail marketing de éxito. Puede ser brusca esa afirmación, pero es verdad. Una buena estrategia de e-mail marketing depende mucho de estudio, evaluación y dedicación. No es preciso ser un experto en e-mail marketing para enviar una campaña de éxito, pero es necesaria una buena dosis de empeño.


Orgullo: por fin, es preciso tener humildad para saber que siempre hay espacio para nuevos aprendizajes en el e-mail marketing.