“¿Cuál es el problema de enviar un email a una lista comprada? Algunos pueden querer tener mi información” es el argumento de las personas que defienden el envío de emails a destinatarios que no han dado un consentimiento previo –lo que nosotros nos referimos simplemente como spam. Los problemas son varios y reiteradamente comentados en este blog, pero hoy hablaremos del concepto de propiedad privada y de cómo ese tipo de práctica es considerada una invasión de esa propiedad. 

 Cuando se hace un anuncio en un periódico o en una valla publicitaria, por ejemplo, va dirigido a cualquier persona que pase por ese lugar y lo vea. Sin duda alguna, habrá personas que se interesen en esa información. Pero es diferente cuando hablamos de email, porque el email de una persona es como si fuese propiedad privada, al contrario de aquellas otras formas de marketing que pueden ser vistas como pertenecientes al espacio público. 

Al enviar un email no autorizado Usted está literalmente invadiendo el espacio privado de aquel destinatario. Está realizando una agresión. ¿Exageración? No. ¿Se imagina si todas las empresas que suponen que Usted puede ser un cliente potencial comienzan a llamar a su puerta, de día o de noche, día laborable o festivo? Con toda certeza se sentiría invadido e incómodo con esa actitud.

Entonces, piénselo bien antes de enviar cualquier email. Reflexione: ¿ese contacto tomará bien la recepción de mi comunicado en su espacio privado? ¿Está seguro de que él ha dado autorización para que Usted haga ese envío? No puede existir la menor duda sobre la autorización previa de los contactos para su envío de email marketing. Respetando el espacio privado de su contacto estará asegurándose de adoptar las buenas prácticas del email marketing y, con certeza, obtendrá resultados más satisfactorios en sus reportes.