Existe un mercado negro que se estableció en el país en lo que concierne a la compraventa y venta de informaciones sigilosas y, en ese medio, podemos incluir también bases de datos de emails para campañas de e-mail marketing. Para quien no sabe, la adquisición de ese tipo de material es crimen en consonancia con el Código Penal. Nadie puede adquirir informaciones personales suyas sin su conocimiento y utilizarlas para otros fines que no sean los descritos a la hora de darse de alta.

Cuando internet surgió, se descubrió que el email sería la mejor herramienta para la divulgación de productos y servicios, por el simple hecho de permanecer con el lector de emails permanentemente abierto durante nuestro horario de trabajo. Muchas empresas vuelcan eso como una oportunidad de oro esperando a ser aprovechada.

Sin embargo, con el aumento considerable del envío de basura electrónica (SPAM), los resultados  obtenidos a través de campañas de e-mail fueron haciéndose cada vez más insatisfactorios en relación a los primeros tiempos de internet. Las tasas de apertura y de clics fueron disminuyendo y las tasas de retorno por error aumentaron cada vez más.

Eso ocurrió porque a medida que las personas fueron familiarizándose con el uso del e-mail su día a día, pasaron a reconocer e-mails indeseados, conteniendo llamadas de ofertas milagrosas y productos revolucionarios nunca antes vistos, como lo que hoy acostumbramos a llamar SPAM y pasaron a simplemente, descartar ese tipo de mensaje.
Aún así, en los grandes centros urbanos aún es muy común encontrar bancos de personas vendiendo CDs conteniendo miles de emails para envío de SPAM bajo el nombre de e-mail marketing. Además del factor ilegal en adquirir esas listas, la probabilidad de un envío hecho a partir de una de ellas ser un fracaso es muy grande por los siguientes motivos:

-Opt-in: ninguna dirección del mailing optó en recibir sus informativos. Luego, si quiere utilizar esa lista para el disparo será considerado un spammer.

-Inconsistencia: buena parte de las direcciones de email existente en esas listas son inválidos, pues fueron obtenidos a través de técnicas de rastreo de páginas de internet.

-Baja relevancia: como enviará un contenido específico para una masa de contactos aleatorios, las pocas direcciones de emails válidos que restarán del mailing adquirido probablemente no van a hallar su contenido relevante.

En resumen, la compraventa de listas es un atajo para la realización de envíos de e-mails que no debe ser adoptado. Así, enflaquece su marca junto al cliente y desperdicia tiempo y recursos en algo de poco retorno. Conforme hablamos en el post "¿Cómo captar direcciones de email para su campaña de e-mail marketing?", debe concentrarse en construir una lista de e-mails de calidad, a partir de personas que quieren recibir sus comunicados y establecer una relación con su empresa.